‟Entre los 3 y 17 años he vivido en una institución para gente discapacitada y comencé a entender el significado de la vida, que era la alegría […]. Su fuente estaba en el encuentro con el otro”.
‟Tengo un amigo que dice, ‟Un esperma y un óvulo se juntan, y un momento después, decimos ‟Soy yo!” y se acoplan”. Generalmente, aquí es donde todo se va por el retrete”.
‟Si nos convertimos en personas demasiado introvertidas, es como un olor a humedad asentándose”.