Fragmentos de un discurso de Muhammad Yunus en la Universidad de la Tierra, UNESCO, 27 de abril de 2013
«La crisis actual es una crisis causada por el hombre, no una catástrofe natural como un tsunami. ¿Cómo se generó? Hemos convertido el mercado financiero en un casino de apuestas. Este mercado ahora es impulsado por la condicia y la especulación, en lugar de una producción real. Esto es lo que pasa cuando te alejas de una economía real para pasar a una economía especulativa.
Necesitamos repensar el marco conceptual. Cuando solo nos interesa conseguir el dinero y maximizar los beneficios, se transforma en una pasión y después en un hábito. Esto absorbe toda nuestra atención y nos transformamos en robots de hacer dinero. Necesitamos recordar que somos seres humanos y que un ser humano es entidad mucho más importante que una entidad para hacer dinero. Olvidamos nuestro propósito. Hacer dinero no puede resolverlo todo y nos limita. Nos reduce a máquinas de hacer dinero.
Cuando veo un problema, quiero crear una empresa que resuelva ese problema. El dinero de caridad solo hace el trabajo una vez. En las empresas sociales los beneficios no van al inversionista sino a la sociedad. Una empresa social puede tener una vida sin fin y ser totalmente sustentable. Se hace independiente y puede pararse por sí sola. Una empresa social es una compañía sustentable que no reparte dividendos diseñada para resolver problemas humanos. La empresa social tiene que ser eficiente no para obtener dinero, sino para lograr que se hagan las cosas. En una empresa convencional, el beneficio es el objetivo. En la empresa social, lograr el proyecto en beneficio de la comunidad es el objetivo. La empresa es solo un vehículo que puede llevarte a distintos lugares donde ayudar a otros.
Para dar un ejemplo, en Bangladesh viven 160 millones de personas. 70% no tenía electricidad. Pensé que era una buena oportunidad para que nosotros hiciéramos algo útil. Así que fundamos Grameen Energy para llevar energía solar renovable a las aldeas. Al principio no vendíamos más una docena de paneles al día con un precio ligeramente superior al costo, simplemente para financiar nuestra operación. Dieciséis años después vendemos 1.000 paneles al día y en noviembre de 2012 logramos la marca de 1 millón de hogares equipados con un sistema solar.
Como consecuencia, el costo de hacer los paneles solares disminuyó. Como mientras tanto el precio del keroseno ha subido mucho, se ha vuelto mucho más atractivo para las personas pobres usar energía renovable. Nos tomó 16 años para llegar a un millón de hogares, pero nos tomará menos de tres años alcanzar el segundo millón. No hicimos todo esto para ganar dinero sino que para alcanzar una meta social. Usar el keroseno para cocinar y proporcionar luz a los hogares crea muchos problemas de salud y supone un peligro de incendio. La energía renovable es buena para el medio ambiente, buena para la salud de las personas y buena para el sustento de la gente.
Por poner otro ejemplo, en Bangladesh, la marca de yogures Danone fue persuadida para que ayudase a resolver el problema de la desnutrición. Como el 48% de los niños están desnutridos, ponemos todos los nutrientes indispensables en el yogurt y nos aseguramos de que el yogurt sea delicioso y barato. Todo esto se logró porque Danone aceptó hacerlo como empresa social, no para conseguir beneficios.