Conocí a Fazel Abed en Vancouver durante una conferencia con premio nobel de la paz, su santidad el Dalai Lama. No tenía ni idea de quién era. Cuando me preguntó a ver a qué me dedicaba, le contesté que había fundado una organización humanitaria que había construido alrededor de 30 escuelas y 15 clínicas. Él contestó, con toda naturalidad, «yo he construido 35 000 escuelas». Me sentí muy insignificante
En otra ocasión en Delhi, me dijo que «es muy sencillo, lo que tienes que hacer es tomar lo que has hecho y multiplicarlo por cien». Y eso es exactamente lo que él ha hecho.
Fazel Abed nació en Pakistán Oriental (que más tarde se convirtió en Bangladesh). Primero estudió arquitectura naval en la Universidad de Glasgow, y después, como había muy pocos astilleros en Pakistán Oriental, se trasladó a Londres a estudiar contabilidad.
Cuando volvió a Pakistán Oriental, Fazel fue contratado por Shell y ascendió rápidamente en la compañía. Estaba establecido en Londres cuando, en 1970, un ciclón destrozó su país dejando un saldo de 300 000 víctimas.
Fazel dejó su trabajo, que estaba extremadamente bien remunerado, y volvió a Pakistán donde, con algunos amigos, creó HELP, una organización para ayudar a los más afectados en la isla de Manpura, que había perdido el 75 % de su población. Después se vio obligado a dejar Pakistán durante las luchas que precedieron su separación de Pakistán occidental. Fundó una ONG para apoyar la independencia de su país.
Cuando la guerra de independencia terminó en 1971, Fazel vendió su apartamento de Londres y volvió a ayudar a su país. Estaba emergiendo de una devastadora guerra y 10 millones de personas que se habían refugiado en India durante la lucha, habían vuelto. Fazel decidió comenzar a trabajar en una región rural aislada, y fundó BRAC (Bangladesh Rural Advancement Committee – Comité para el Progreso Rural de Bangladesh).
Gracias a su ingenio en la organización, BRAC se ha convertido en una de las ONG más grandes del mundo. Ha ayudado a 70 millones de mujeres, y a un total superior a 110 millones de personas en 69 000 pueblos. 80 000 voluntarios y 120 000 empleados trabajan para BRAC en un número creciente de países. Por ejemplo en África, Fazel Abed descubrió que su modelo multinivel – microfinanciación, educación, gestión de agua segura, mejora de la higiene, etc. – era extremadamente eficiente en regiones donde pocos otros intentos de ayuda habían tenido éxito.
Sin exagerar, podemos decir que BRAC ha cambiado el curso del futuro de Bangladesh. No hay un área rural donde el logo del BRAC no pueda ser encontrado en una escuela, centro de formación para mujeres o taller para mujeres y planificación familiar.
Fazel Abed ha hecho lo que se propuso hacer. No solo ha multiplicado sus actividades por cien, sino por mil, manteniendo entre tanto la misma eficiencia y calidad.
Una mañana, al final del Davos Economic Forum 2010, a donde muchos participantes llegan en jet privado y viajan en helicóptero o limusina, encontré a Fazel sentado solo en un autobús que nos llevaba al aeropuerto de Zúrich. Esto dice mucho sobre su simplicidad y modestidad, tras la cual arde la determinación inquebrantable que le permitió realizar tan enorme tarea.