El renombrado psicólogo y especialista en emociones, Paul Ekman, abre su reciente libro Ir hacia la compasión mundial (Moving Toward Global Compassion)* con estas palabras :
« Sería un mundo diferente, un mundo deseable, si todos nosotros sintiéramos compasión mundial : si nos preocupáramos por el sufrimiento de toda la gente, no solo de nuestros familiares, no solo de aquellos con quienes estamos familiarizados, no solo de aquellos que tienen nuestro mismo color de piel, idioma o religión. Algunas personas sí tienen compasión mundial, pero la mayoría no. La gran pregunta es ¿por qué no? ¿Por qué la compasión mundial es virtud de unos cuantos, no de muchos? ¿Es posible, o siquiera sensible, tratar de cultivar la compasión mundial en todos, o es solo un sueño de un tonto? »
Él también se pregunta sobre la naturaleza de la preocupación empática hacia el sufrimiento de los demás: « Los sentimientos compasivos o aspiraciones pueden estar compuestas de preocupación por el sufrimiento de la persona que lo tiene, sin necesidad de que la persona compasiva sienta el sufrimiento del otro. La preocupación se considera generalmente como una variante de la emoción del temor. ** »
Sí es apropiado y deseable experimentar temor en la presencia de un peligro inmediato, como enfrentarse cara a cara con un depredador o una serpente mortalmente venenosa. En relación a la preocupación por la situación de los demás, le sugerí a Paul, cuando nos reunimos recientemente, que de acuerdo con las circunstancias, la preocupación por los demás tal vez no siempre esté relacionada con el temor. Si el hijo de uno se ve amenazado por un gran peligro ante nuestros ojos, es natural que la preocupación vaya junto con el temor de que esta persona pueda ser lastimada. Sin embargo, en otras circunstancias, la preocupación puede estar relacionada con emociones positivas, como el amor y el cuidado altruista. Si uno no desea nada más que el bien de alguien, uno se preocupará genuinamente de llevar felicidad a esa persona, de estar atento a sus aspiraciones, de salir del camino propio para hacer algo que le haga feliz. Esto no requiere la presencia del temor en nuestro panorama mental. Entonces, uno puede distinguir entre una preocupación amorosa relacionada con la aspiración de hacer algo para aumentar el bienestar de otro, y una preocupación compasiva relacionada con la aspiración de aliviar el sufrimiento de otro. Solo esta última puede estar relacionada con un sentimiento de temor de que la persona pueda sufrir más si uno no interviene para solucionar su dura prueba.
* Ekman, P. (2014). Ir hacia la compasión mundial (Moving Toward Global Compassion). Paul Ekman Group. Véase también Ekman, P. (2007).
** Ekman, P. (2007). Emociones reveladas: Reconocer caras y sentimientos para mejorar la comunicación y la vida emocional. Holt Paperbacks.