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Espiritualidad y Filosofía de Vida 3

Durante la conferencia de «Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo», organizada por Emergences en Bruselas el pasado septiembre, Pierre Rabhi, un pensador francés y pionero en la agricultura orgánica, y Matthieu Ricard conversaron sobre sus opiniones sobre la vida. Aquí presentamos una selección de las respuestas a las preguntas formuladas. Se pueden encontrar fotos sobre esta charla en un documental de Pierre Rabhi que forma parte de la serie de televisión «Empreintes» (disponible en francés, que será retransmitida en France 5 a principios de 2013.

Olvidando a los mayores

Matthieu : Estoy sobrecogido con la manera en la que los occidentales tratan a sus mayores. En Europa, el 40% de los mayores viven solos. Estoy alarmado de ver que en occidente, los abuelos a menudo son abandonados en asilos cuando su rol debería ser proporcionar a sus hijos amor y apoyo. En la cultura tibetana, los abuelos son muy importantes. Son los únicos que dan amor y transmiten su sabiduría a los niños, cuyos padres a menudo están demasiado ocupados trabajando.

Pierre: Abandonar a los mayores es algo inimaginable en mi propia cultura. Las abuelas nos alimentaron, nos cuidaron, nos amaron. Es horrible pensar que, a cambio, se las encierra en asilos donde lo único que les queda por hacer es ver el tiempo pasar hasta que llegue su final. ¡Y pensar en todo lo que ganaríamos si compartiéramos con ellos nuestro tiempo! Cuando algo es importante para ti, deseas transmitirlo a aquellos que te rodean. Si nos importa el mundo, también deberían importarnos los niños que dejamos en este mundo.



Acción frente a la violencia:

Matthieu: Debemos romper este círculo vicioso de venganza. Buda dijo que «si el odio engendra odio, entonces el odio no acabará nunca». Sin embargo, como Martin Luther King explicó, la pasividad de la gente buena es tan perjudicial como las acciones de la gente mala. De todos modos, el odio y la codicia, en realidad, son solo enfermedades. No son permanentes y no son inherentes a nuestra verdadera naturaleza. Esto es lo que hace que la pena de muerte sea inadmisible: vuelve imposible cualquier tipo de transformación.

Algunas veces oigo a la gente decir que no podemos amar a todo el mundo; pero observemos el sol: brilla para todos nosotros. Algunos reciben más calor de él porque se encuentran más cerca, pero no a expensas de otros, porque todos disfrutamos de sus rayos. Nuestra propia felicidad depende de la felicidad de los demás, no podemos ser felices a costa de la infelicidad de los otros. La felicidad egoísta es una fórmula para el fracaso. En mi humilde nivel, yo a menudo me sirvo de mi retiro para sacar la fuerza que me permita ser tan humano me como sea posible y ser capaz de servir a los demás.

Pierre: A menudo me he sentido enfadado, con ganas de rebelarme, pero nunca he recurrido a la violencia. En la elección entre luchar con bombas y luchar con compost, que nutre y mantiene la vida, ¡he elegido el compost! Practico la agricultura orgánica para las generaciones futuras, para el mundo. La tierra es la que me ata a las personas. La tierra es mi madre, me alimenta, y yo, como su hijo, la alimento también. También es como mi mujer, en cuanto al amor que le profeso.

También lucho por apoyar la existencia de pequeñas tiendas y mercados. Ayudan a mantener la unión entre las personas, los supermercados solo producen robots empujando carritos. Soy tolerante en lo que respecta a los seres humanos. Siento que todos necesitamos seguir nuestros propio caminos, que todos tenemos nuestra propia conciencia para guiarnos, y yo no deseo juzgar a nadie.

Fragmentos de escenas tomadas por Vincent Feragus para un documental que es parte de la colección «Empreintes» (disponible en francés) editado por Pascal Greboval y Lucile Vannier.