Durante la conferencia de «Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo», organizada por Emergences en Bruselas el pasado septiembre, Pierre Rabhi, un pensador francés y pionero en la agricultura orgánica, y Matthieu Ricard conversaron sobre sus opiniones sobre la vida. Aquí presentamos una selección de las respuestas a las preguntas formuladas. Se pueden encontrar fotos sobre esta charla en un documental de Pierre Rabhi que forma parte de la serie de televisión «Empreintes» (disponible en francés, que será retransmitida en France 5 a principios de 2013.
Q: Rhabi, el argelino que vive en Ardèche, Francia; y Matthieu Ricard, el monje budista tibetano francés… ¿Os consideráis ambos personas sin raíces?
Pierre Rabhi: Por mi parte, durante un largo tiempo me sentí como si estuviera en el exilio. Estaba excluido del Islam, de mi propia familia europea, y me encontré vagando durante un largo tiempo sin tener un lugar al que llamar hogar. Me convertí en un hombre sin país, y tuve que crear mi propio país. Por fin me sentí en casa cuando compré un terreno pedregoso en Ardèche. Es una tierra pequeña a escala mundial, pero esta tierra me dio raíces.
Matthieu Ricard: Mi experiencia es diferente, nunca me sentí sin raíces; al contrario, siento que yo poseo mis propias raíces. No tengo casa o tierras; vivo en una cabaña de retiro que no me pertenece y donde seguramente pasaré mis últimos días. Si estoy en casa, mi hogar está allí, porque me siento en el centro de lo que hago allí. Pero mis raíces verdaderas son mis maestros espirituales; están conmigo dondequiera que vaya. Es una tan solo una elección de vida diferente. Prefiero no dejar rastro.
Q: Son dos caminos diferentes, pero ¿tienen puntos convergentes?
Pierre: Somos hermanos de conciencia. Debemos transcender nuestros lazos, que al final nos dividen, y debemos desarrollar una sociología de la conciencia en lugar de una sociología de nuestra procedencia.
Matthieu: Lo que nos une es nuestra humanidad compartida. Como al Dalai Lama le gusta recordarnos, él es primeramente un ser humano. Después es tibetano, después es budista, y después, tan solo en el cuarto nivel, es el Dalia Lama; que, como él dice, tiene poca importancia. Hablamos con palabras diferentes, pero parece que compartimos los mismos sentimientos. Lo que cuenta es servir, y compartir ideas para un mundo mejor. El futuro está en las manos de personas altruistas deseando cooperar. Si un número suficiente de personas pueden crear una masa crítica, entonces en algún punto debe haber un punto de inflexión que desencadene un cambio cultural en la sociedad, hacia una benevolencia y solidaridad más profunda.
Fragmentos de escenas tomadas por Vincent Feragus para un documental que es parte de la colección «Empreintes» (disponible en francés) editado por Pascal Greboval y Lucile Vannier.