Hace poco, durante el transcurso de un solo día, escuché los siguientes datos acerca del medio ambiente:
1) Los glaciares de Groenlandia se están derritiendo mucho más rápido de lo que se pensaba previamente. Esto se debe a los efectos acumulados del deshielo y la aceleración del movimiento de los glaciares hacia el mar. Sabemos que el deshielo completo de Groenlandia provocaría un aumento de 7 metros en el nivel del mar.
2) El nivel del agua del lago Titicaca en Perú disminuyó 80 cm durante los últimos seis meses.
3) Un grupo de ingenieros británicos anunció que incluso si todos los ingenieros del mundo actualmente en actividad se dedicarán a desarrollar fuentes renovables de energía, sus esfuerzos no alcanzarían para detener el calentamiento global.
Aunque la apreciación de los problemas medioambientales ha aumentado marcadamente, la opinión pública parece estar preparada para tomar las medidas drásticas que evitarían una catástrofe de esta magnitud sin precedentes.
Un miembro verde del parlamento británico declaró recientemente en BBC World Service (13/11/2009, News Hour): «El problema es que el debate acerca del cambio climático es llevado a cabo principalmente a nivel intelectual por gente que vive en ciudades, donde todo es artificial. De hecho no experimentan los cambios que están produciéndose en el «mundo real». Miles de millones vivimos ahora en ciudades, al margen de los ciclos de la naturaleza, y no estamos en posición de experimentar lo que está sucediendo. Por otra parte, si hablamos con comunidades indígenas de las selvas tropicales o con gente pobre que intenta cultivar alimentos en África, nos dirán que el cambio climático es drástico, que está sucediendo muy rápido y que tiene grandes implicaciones para la naturaleza y la subsistencia humana».
En Copenhagen, uno de los delegados de Nepal, Gyanendra Karki, declaró correctamente: «El cambio climático no es un asunto político, pero ha sido altamente politizado. La mayoría de los países pudientes no es consciente de lo que debe soportar la gente de los países más vulnerables. No saben en qué condiciones viven y lo que sufren», y finalmente dijo: «Somos optimistas, pero no nos atrevemos a tener esperanza.»
Las crisis económicas tienen efectos inmediatos en los recursos financieros de la gente pobre y rica. Una falta de consideración acerca de la calidad de vida de otra gente puede afectar a toda una generación; pero descuidar los problemas medioambientales puede ocasionar daños irreparables para todos los seres vivos.
Aquellas personas que aún no sufran de manera directa del cambio climático o que puedan hacerle frente simplemente porque disfrutan de mayor riqueza deben decidirse a hacer sacrificios personales sin esperar ventajas personales a cambio. Es en circunstancias como esta que se pone a prueba el altruismo verdadero.