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Diálogo con el padre Ceyrac

M.R.: También tengo el convencimiento de que cada ser humano tiene dentro de sí un potencial para la bondad, incluso si por momentos se desvía de su bondad natural de una manera descomunal. Cuando la gente siente una rabia profunda que no pueden definir, es posible que se deba a que tienen dudas respecto a este potencial para el amor y la bondad que hay dentro de nosotros. Sin este potencial, la vida casi no tiene significado.

P.C.: También podemos encontrar esta bondad, aunque parezca extraño, en los campos de Pol Pot, en Camboya. Habían unas guardianas jóvenes con uniformes maoístas, con cinturones negros ajustados a la cintura, pantalones holgados y una mirada fija y dura. Una mirada fría y siniestra. Estas jóvenes, de 20 o 22 años, eran realmente preciosas. Sin embargo, no había nada que las entusiasmara. De pronto, un niño se me acercó y se me lanzó a los brazos. Luego, las chicas comenzaron a sonreír con ternura. En otra ocasión, también en Camboya, recorrimos unos senderos con unas ancianas que no les quedaba ni un solo diente. También tenían la nariz rota a causa de las torturas. Debían de tener entre 75 y 80 años y tenían la piel completamente arrugada. Yo les dije: «¡Ustedes son hermosas!» Se alegraron mucho y me respondieron: «¡Pero nadie nos dice eso!». A continuación, intentaron levantarme en señal de triunfo. Como estaban tan débiles, se derrumbaron con mi peso. En Camboya, además, los mojes budistas a menudo me invitaban a su monasterio y me hacían sentarme en el lugar en el que lo hacía el abad. A continuación, rezábamos juntos. Era impresionante. Yo rezaba una oración universal, es decir, una de amor universal.

imageEl padre Ceyrac y Matthieu, por Henri Cartier-Bresson

M.R.: El amor o la compasión pueden ser limitados y parciales, mezclados con cariño. La compasión universal abarca todos los seres vivos sin discriminación. Es un estado de franqueza total frente a los demás, fortalecido con sabiduría.

Claudine Verniez-Palliez:  ¿Podríamos decir que la compasión universal es el vínculo entre todas las religiones y todas las espiritualidades?

P.C.: Existen interesantes variantes según las diversas tradiciones, pero siempre se trata de este mismo movimiento de amor que consiste en acercarse al otro. No me gusta la palabra «caridad», que contienen un elemento condescendiente, pero sí me gusta la palabra «amor». Nuestra idea convencional de la caridad cuestiona nuestra donación. La verdadera caridad es lo contrario a la donación que se hace en un piano bar, donde el que paga pide el tema. Dar es dar. La donación pertenece a quien la recibe. La manera de gestionar la donación es responsabilidad de quien la recibe. Rimbaud dijo: «Yo es otro». Es el obsequio que hacemos a otros que nos libera y nos permite ser nosotros mismos. Yo mismo soy quien soy debido a los demás. Así es.

M.R.: En budismo, se afirma que un individuo no existe por sí mismo, sino más bien solo existe con relación a los demás y su entorno. Nuestra felicidad solo puede existir por medio de la felicidad de los demás. La gente confunde muy a menudo el placer con la felicidad. Como consecuencia, procuran en vano obtener una satisfacción duradera por medio de placeres fugaces.

P.C.: Somos relaciones, receptores de relaciones y fuente de relaciones. Mientras más «Personas» somos, más relaciones somos, y mientras más «Relaciones» somos, más personas somos.