Según explica su santidad el Dalai Lama: «La compasión y la generosidad deben estar unidas al desapego. Esperar algo a cambio es como hacer un negocio. Si el propietario de un restaurante se deshace en sonrisas con sus clientes, generalmente no se debe a que los ama sino que desea aumentar sus ganancias. Del mismo modo, no deberíamos amar y ayuda a otros porque tal o cual persona nos parezca agradable, sino porque comprendemos que todos los seres, más allá de si los consideramos amigos o enemigos, aspiran a ser felices y tienen derecho a la felicidad.»
Enseñanzas orales impartidas en Schneverdingen, Alemania,1998.