El Instituto Mente y Vida (The Mind and Life Institute) celebró su vigésimo quinta reunión el pasado mes de noviembre en Nueva York. En este encuentro también se celebraban los 25 años de actividades organizadas por el Instituto, desde que fue creado por el filósofo y experto en neurociencia chileno Francisco Varela y el abogado americano Adam Engle. Durante esos años, el Instituto Mente y Vida ha organizado importantes encuentros entre Su Santidad el Dalai Lama y algunos de los científicos más eminentes del mundo. En estos eventos, de entre dos y cinco días de duración, se debatían temas de importancia sobre la ciencia moderna y la ciencia budista, como la naturaleza de la realidad y la conciencia o el entrenamiento mental a través de prácticas contemplativas.
Estos encuentros no sólo permitieron llegar a conclusiones fascinantes, sino que también crearon una colaboración increíblemente fructuosa entre los científicos y las personas contemplativas implicadas en investigaciones científicas destinadas a promover nuestro conocimiento, contribuyendo así de manera muy positiva a la sociedad.
Se desarrollaron, y se siguen desarrollando, un número cada vez mayor de proyectos de investigación en muchos laboratorios de todo el mundo, incluyendo el de Francisco Varela en Francia; el de Richard Davidson y Antoine Lutz en Madison, Wisconsin; el de Paul Ekman y Robert Levenson en Berkeley, San Francisco; el de Cliff Saron en la Universidad de California en Davis; el de Jonathan Cohen y Brent Field en Princeton; el de Amishi Jha en Pensilvania; y el de Tania Singer en el Instituto Max Planck de Leipzig, por nombrar sólo algunos.
Algunas reuniones vitales, aunque más pequeñas, de Mente y Vida, tuvieron lugar en la India, en la residencia de Su Santidad el Dalai Lama. Sin embargo, también hubo numerosos e importantes eventos públicos, como el notable encuentro ‟Investigando la mente”, que tuvo lugar en 2003 en el MIT en Boston y al que acudieron unos 1000 científicos, incluyendo algunos laureados de los Premios Nobel; un encuentro en Zúrich dedicado al altruismo en los sistemas económicos modernos; y un evento en Delhi que reunió las principales tradiciones contemplativas de la India.
Durante muchos años, ciertas celebridades contemporáneas han sido una parte fundamental del Instituto Mente y Vida. Algunos de los numerosos pensadores eminentes implicados en el Instituto son Daniel Goleman, autor de ‟La inteligencia emocional”; Jon Kabat-Zin, quien creó hace treinta años el programa de reducción del estrés basado en la atención plena, que hoy se enseña en cientos de hospitales del mundo y que ha llevado al desarrollo de más estudios de investigación clínica que ningún otro programa; y Joan Halifax, que desarrolló el programa ‟Being with Dying” (Estar con moribundos) y creó el centro Upaya.
Tuve la suerte de participar en Mente y Vida desde el año 2000, cuando el revolucionario encuentro sobre cómo ‟Tratar con emociones destructivas‟ tuvo lugar en la residencia de Su Santidad el Dalai Lama en Dharamsala, India. Desde entonces, como sujeto meditativo, he pasado decenas de horas en escáneres de resonancia magnética, en los laboratorios de Richie Davidson, Antoine Lutz, Brent Field y Tania Singer, y me he convertido en un buen amigo y humilde colaborador de muchos científicos eminentes que participaron en eventos de Mente y Vida, como Paul Ekman, Wolf Singer y Daniel Batson.
Uno de los mayores logros de Mente y Vida ha sido la organización anual del Instituto de verano que ha atraído, durante los últimos siete años, a cientos de jóvenes científicos de todo el mundo, así como a investigadores veteranos y budistas filósofos y practicantes. Durante una semana, se aborda un tema específico a través de presentaciones científicas, debates informales y períodos de meditación, culminando en un día de silencio.
Mente y Vida también ha creado redes que trabajan en el ámbito educativo, y que recientemente se han centrado en el estudio de dos fenómenos contrarios: el anhelo y la prosperidad.
En abril de 2012, tuvo lugar en Denver el primer Simposio Internacional sobre investigación contemplativa, al que asistieron unos 700 especialistas. El siguiente, que se celebró en Berlín en octubre de 2013, estuvo dedicado a explorar la transformación individual y social.
El Dalai Lama suele describir el budismo como una ciencia de la mente. Una de las mayores tragedias de nuestro tiempo es que tendemos a infravalorar nuestra capacidad de cambiar. Pero la investigación colaborativa catalizada por el Instituto Mente y Vida ha demostrado que efectivamente podemos transformarnos para mejorar nuestras vidas, e incluso la sociedad, si cultivamos estados de ánimo saludables, pensamiento tras pensamiento, día tras día, año tras año.
Adam Engle se ha retirado este año, tras haber dirigido el Instituto durante 25 años, y haberlo ayudado a convertirse en una organización mundialmente respetada que reúne los más altos niveles de ciencia moderna y práctica contemplativa. Arthur Zajonc es el nuevo presidente, y la sede europea de Mente y Vida se ha establecido en Zúrich. Espero que en los próximos años se sigan organizando muchos más eventos públicos, encuentros con Su Santidad y retiros con científicos y estudiantes.