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Budismo y compromiso social

El 9 de agosto en Massachusetts tuve la oportunidad de participar en el primer simposium sobre budismo comprometido socialmente, organizado por Bernie Glassman, donde hablé sobre «la compasión en acción». Bernie es un hombre increíblemente bueno, con un deseo infatigable de servir a aquellos que más lo necesitan.

En los 90s fundó «Zen Peacemakers», una organización que integra acción social con la práctica del budismo Zen. Al principio, muchos compañeros le criticaron por su aproximación poco ortodoxa a la práctica Zen.

Pero la bondad de Bernie no tardó en triunfar sobre esos argumentos y su organización se hizo famosa por sus «retiros callejeros» en los que los participantes se comprometían a mendigar comida y cualquier otra cosa que necesitasen durante la duración del retiro (de cinco a siete días) Dormían en las calles, bajo los puentes, en las estaciones de tren, usaban lo que encontraban por las calles como cama. El objetivo de estos retiros era tender un puente entre aquellos que tienen y los que no tienen.

Aunque los participantes del retiro sabían que unos días después iban a volver a la comodidad de su hogar, esta experiencia les permitió ver a las personas sin hogar de otra manera y nunca más girar la cabeza hacia otro lado al verlos.

Cada año, Bernie también organiza un retiro en Auschwitz donde reúne a supervivientes de los campos de exterminio y sus descendientes con descendientes de los verdugos.

Zen Peacemakers también organiza programas de formación para ayudar a las personas sin hogar, presidiarios y personas con enfermedades terminales, y realiza seminarios sobre medio ambiente y resolución de conflictos. Bernie participa personalmente en un programa al que llama «payasos sin fronteras» que ofrece actuaciones en escuelas con niños en riesgo de exclusión social y en campos de refugiados.

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