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El gran sabio Gyalse Ngulchu Thogme nació en 1295 a pocos kilómetros al sudoeste del monasterio Sakya, en Tsang, centro del Tíbet. Apenas aprendió a hablar, resultó evidente la enorme compasión que tenía. Un día, mientras estaba sentado en la falda de su madre, vio una hoja que el viento levantó en vuelo. El niño comenzó a llorar intensamente.
‟¿Por qué lloras?”, le preguntó su madre.
Él señaló la hoja que desaparecía y dijo: ‟¡Se han llevado un animal al cielo!”.
En otra ocasión, después de haber empezado a caminar, salió de la casa pero regresó unos minutos después, desnudo, para gran sorpresa de su madre.
‟¿Qué has hecho con tu ropa?», le preguntó su madre.
‟Había alguien afuera que tenía frío”, respondió.
La madre salió para ver quién era, y vio que su hijo le había puesto su ropa a un arbusto cubierto de escarcha. Había colocado piedras cuidadosamente en las esquinas para evitar que el abrigo se volara.
Cuando jugaba con sus amigos, a Gyalse Thogme jamás le importaba perder. De hecho, se entristecía si los demás perdían en lugar de él. Buscando leña seca con los demás niños, se alegraba cuando la encontraban, aunque él volviera con las manos vacías. Pero si encontraba madera y los demás no, los ayudaba en su búsqueda o les daba la suya, por miedo a que sus padres los reprendieran.
En pocas palabras, como todos los grandes seres, Gyalse Thogme sufría más que los demás cuando ellos mismos sufrían, y se alegraba más que los demás cuando ellos estaban felices.
De The Heart of Compassion por Dilgo Khyentse Rinpoche, Shambhala Publications
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