Sobre el vacío
Cuando el budismo indica que el vacío es la naturaleza esencial de las cosas, significa que las cosas que vemos a nuestro alrededor, el fenómeno de nuestro mundo carece de cualquier existencia autónoma o permanente. Pero el vacío no es, para nada, un espacio vacío o la ausencia del fenómeno, tal como lo pensaran alguna vez los analistas occidentales del budismo. El budismo, en absoluto, adhiere a alguna forma de nihilismo o creencia en la nada. La nada no corresponde a la no existencia. Si no puedes hablar de una existencia real, entonces no puedes hablar de la no existencia tampoco.
En el Tratado sobre la Gran Perfección de la Sabiduría, Nagarjuna dice lo siguiente:
“Aquel que tiene una fijación en el vacío es considerado incurable”.
¿Por qué incurable? Porque si bien una creencia en la existencia real del fenómeno se disipa con la meditación en el vacío, si te apegas al vacío mismo, haciéndolo un objeto de tu creencia, caes en nihilismo. El mismo texto continúa diciendo lo siguiente: “Consecuentemente, el sabio no se rige por el ser o el no ser”.
Según el budismo, aprender a comprender la falta de la realidad intrínseca de nuestra mente y el fenómeno es una parte integral del camino espiritual, ya que lo esencial es disipar el sufrimiento.